Cuidemos la lengua…

ImprimirDesde niño tuve la costumbre de prestar especial atención a las partes del cuerpo y analizar sus funciones, su importancia, e incluso transformarlas en imágenes simbólicas.

Pensemos, por ejemplo, en la lengua: al tímido o vergonzoso se lo acusa de que un gato se la comió, a quien ostenta una actitud crítica se le dice que tiene la lengua “afilada”, como si se tratase de una espada. Para aquél que la usaba alertando sobre actitudes que molestaban a los déspotas o tiranos, la solución era cortársela, como una forma ejemplar de anular las palabras desestabilizantes.

El célebre Eclesiastés dejó esta frase: Muchos han caído bajo el filo de la espada, pero no tantos como han caído por obra de la lengua.

La lengua es especialmente indómita, como dice Thomas Adams: el ojo, el oído, el pie, la mano, aunque sobradamente bravíos e ingobernables, han sido domados, pero no hay hombre que dome la lengua.

En los humanos la lengua carece de algunos talentos que tiene la de los animales, pero en cambio ha originado otra función primordial: el lenguaje.

La lengua acerca o aleja, nos sirve para proporcionar placer carnal o degustar el más sabroso de los platos. Está allí, todo el tiempo, trabajando para conectarnos o como un arma mortal elaborando flechas que alcanzan los puntos sensibles de cualquier otro.

Se habla tanto y se dice tan poco. Recuperemos la lengua, el lenguaje, la palabra escrita o lanzada como sonido, entendiendo su inmenso valor. Cada palabra proferida seguirá produciendo una vibración, que tanto puede ser similar a la que dejan los colibríes que besan las flores a la francesa, como a los turbios sonidos generados por el lado oscuro de la fuerza.

Valoremos la palabra, usándola con responsabilidad. Al final, ha tenido a su cargo la comunicación a lo largo de toda la historia. Tal vez, si comenzamos a usar buenas palabras, a hablar más de ideas y menos de personas, habrá muchos oídos abiertos para escucharlas. Y el mundo podrá entenderse…

Que tengamos un 2016 pleno de buenas palabras, vibrantes, sinceras y constructivas, que estimulen el placer de escucharnos.

1 comentario

  1. Roxana Mónica Blanco

    Gracias!!! Mis mejores deseos para el 2016!!!