adaptacion-1Se le atribuye a Charles Darwin la frase “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios.” Esta evolución que conlleva la necesidad de adaptarnos constantemente para seguir vivos, la podemos trasladar a todos los ámbitos de la realidad, en razón de que atañe al individuo y por lo tanto a las organizaciones que construye e integra.

En 1965, el futurólogo estadounidense Alvin Toffler llamó shock del futuro a la exigencia de tener que lidiar con una realidad que cambia a una velocidad abrumadora y produce estrés y desorientación.

La mejor comprobación de la velocidad de los cambios es observar que, en la década del 60 (época del trabajo de Toffler), vivía en nuestro planeta menos de la mitad de las personas que lo habitan hoy, no existía Internet y la posibilidad de estar interconectados 24 horas por medio del teléfono celular constituía el sueño de pocos futurólogos. Recordamos esa época como un mundo lejano y sumamente lento, en comparación con la acelerada vida actual.

Muchas veces tenemos una sensación parecida a la que sentimos cuando corremos sobre una cinta en el gimnasio y, a pesar de transpirar copiosamente, estamos siempre en el mismo lugar.

Ante un mundo en constante aceleración, con perspectivas de que eso se intensifique, la pregunta es: ¿qué podemos hacer? ¿Cómo conducir la vida para que no se deterioren la salud y la productividad? ¿Qué tipo de relación debemos establecer con aquellos que lideramos?

Creo que primero es preciso entender los cambios que están ocurriendo y no renegar de ellos. No me refiero a comprender desde lo técnico, sino desde lo filosófico. Desarrollar la capacidad de aceptar el presente, como plataforma necesaria para comprender mejor el futuro. Además, potenciar nuestra capacidad de flexibilidad y adaptación, para avanzar hacia una realidad social y empresarial que disuelve los paradigmas como si fuesen volutas de humo.

Mi experiencia me dice que los líderes que sean adaptables, flexibles, intuitivos, éticos, veloces en la toma de decisiones y que logren establecer vínculos humanos y desde el afecto con sus liderados, serán los que tendrán más posibilidades de fortalecerse y sobrevivir, tal cual lo anunciaba Darwin.

Para lograrlo, es necesario abrir la puerta del aprendizaje, de la reflexión, del desarrollo de la intuición con miras al autoconocimiento. En el entrenamiento, la indagación filosófica, la visión naturalista y la percepción certera de la realidad está la compensación necesaria para mantenernos integrados, felices y fuertes en este exigente mundo que nos toca compartir.

¡Hasta la próxima semana!