Foto por Liana Mikah

Frecuentemente buscamos en la historia modelos de líderes que nos generen inspiración. Desde lo épico hasta lo militar, pasando por los modelos empresarios, hemos asistido a estereotipos que siguen condicionando esa manera de relación entre el que conduce y sus seguidores.

Existen muchas formas y modelos, lo que hace que sea complicado categorizar las alternativas de liderazgo con la intención de encontrar la más efectiva.

Sabemos más sobre lo que no debemos hacer que sobre aquello que debe hacerse. En ese buscar modelos efectivos, orienté mi mirada hacia un modelo muy cercano, que existe desde el primer ser humano sobre la Tierra y que sigue generando excelentes resultados. Me refiero a las madres, que en forma definida y manifiesta o sutilmente encubierta lideran el funcionamiento de ese grupo primario que es la familia.

Hay tantas modalidades de madres como de personas, pero existen algunas características que son fundamentales para los que ocupan tareas de liderazgo. Atento a esta idea e inspirado por la celebración del Día de la Madre, que ocurrió este domingo pasado en Argentina, observé con más dedicación la conducta de varias madres conocidas.

Empecé por recordar a la mía, que lamentablemente ya falleció, pero cuyo recuerdo me acompaña de manera muy presente. Observé a mi hija, una madre reciente que festeja su primer día como tal. Y también, a la madre de mis hijos.

Amplié el círculo de observación a otras queridas amigas, de distintas edades y condición social que, con sus propios estilos, se esmeran en el cuidado de sus niños sin haber ido a ninguna escuela o universidad que las preparara para ello.

Me resultó interesante descubrir algunas características que hoy se buscan en los líderes como cualidades necesarias para hacer que el grupo se integre y desarrolle. Se conversa sobre estos atributos en todos los cursos, disertaciones y encuentros de liderazgo. Estas son siete de las principales:

COMPROMISO: una de las primeras cualidades que están presentes en el vínculo. Un compromiso total, expresado en una dedicación plena y atenta.

CONFIANZA: un sentimiento creciente que se fortalece y se alimenta cada día.

DOCENCIA: el buen líder se capacita en forma constante, se actualiza y comparte sus conocimientos en forma generosa, haciendo que sus equipos mejoren. Se lograrán mejores resultados con un equipo capaz y alineado.

JERARQUÍA: un sentido de jerarquía incuestionable, pero sin necesidad de hacer uso del poder. Es una jerarquía que se gana por la propia autoridad del líder (madre), que es aceptada de buen grado por sus comandados. Es una consecuencia de su conocimiento y disponibilidad.

COMUNICACIÓN: una constante comunicación. Los líderes de hoy deben mantener una comunicación directa, fácil, sin burocracias o distancias. Dentro de este nivel de comunicación, el líder sabe hacer notar los errores sin intimidar, en forma cariñosa pero firme. A su vez, acepta recibir feedback sin que esto afecte la jerarquía necesaria.

AUTOCONOCIMIENTO: toda madre dedicada está aprendiendo en el mismo momento en que enseña. Se auto-investiga, se observa, desarrolla notablemente la intuición para tomar decisiones. Se adapta a los niveles de comprensión de su niño o niña, ensaya diferentes formas de transmitir. Se observa a sí misma y busca mecanismos que favorezcan la comunicación. Está constantemente en un proceso de movimiento y adaptación. Esta dinámica es muy favorable si se la utiliza para liderar grupos.

Al final de cuentas, buscamos ejemplos de liderazgos inspiradores, cuando todos fuimos conducidos e inspirados por la auténtica e instintiva tarea que ejerce cada madre.

Vaya mi homenaje a ellas, maestras en todas las áreas y líderes por naturaleza. Como lo cantaba Norberto Napolitano (Pappo) al ritmo de su blues: Porque mi vieja es lo más grande que hay. (https://www.youtube.com/watch?v=x2QY2brvBQE)

Hasta la próxima semana.