Cuenta una historia que, en la Edad del Hielo, los puercoespines morían de frío durante las noches. Los más ancianos comenzaron a observar que los animales de otras especies se juntaban y apretaban sus cuerpos para aumentar el calor, y de esa forma lograban sobrevivir.

Convocaron a una reunión y enseñaron a los más jóvenes que los pequeños pinchazos que producían las espinas siempre existirían, pero eso no era motivo para apartarse, dado que la fortaleza consistía en superar las pequeñas molestias para apoyarse grupalmente y enfrentar las bajas temperaturas o cualquier otro peligro que pudiera existir. Así la especie adquirió otro comportamiento, se fortaleció, produjo descendencia y continúa existiendo.

En los grupos de trabajo observo que el problema más frecuente que se enfrenta, y que produce alejamiento de los integrantes, son pequeñas diferencias de percepción, casi siempre ligadas a estados emocionales diversos.

La base es la proyección de la fantasía de que no existirán conflictos y, al generarse alguno, se destruye la idealización y la fantasía previamente creada. La consecuencia es una decepción o frustración, exagerada con relación a la propia causa.

Sin embargo, la diferencia de opinión o el disenso no son malos, son fricciones positivas generadoras de evolución. El problema es la falta de habilidad en la administración de las emociones.

En la actualidad, la sensibilidad emocional obliga a que todos inviertan en una reeducación en ese aspecto. Los líderes de los grupos que alcanzan buena productividad son verdaderos homos relacionales expertos en administrar sus propias emociones y las de sus liderados.

Mi primer consejo es recordar que nos comportamos de acuerdo con lo que somos y cómo administramos nuestro estado emocional y, en consecuencia, las relaciones humanas. Esto es una muy buena noticia, dado que si actuamos sobre nuestra propia reeducación comportamental, lograremos vínculos productivos y felices. Empecemos ahora, sin demora, a revisar cómo son nuestras reacciones diarias y sus consecuencias. Trabajemos sobre lo que somos para hacer mejor lo que hacemos.

Hasta la semana próxima.