Foto por Daria Shevtsova

Este, como todos los preceptos o conceptos éticos, es conversable y opinable. En ningún momento pretendo tener la verdad absoluta, simplemente revisar estructuras para flexibilizar el comportamiento y las relaciones humanas.

Al final de cuentas, filosofar es pensar sin pruebas, opinan los filósofos. Si tuviéramos pruebas nos iríamos hacia el terreno de la ciencia, pero no es ese el deseo de las corrientes de pensamiento teórico, o especulativo.

En lo particular, me siento satisfecho si al leer estos párrafos se desencadena el pensar con libertad sobre estos valores.

Podemos comenzar revisando nuestras actitudes y preguntarnos: ¿Estoy contento? ¿Considero que poseo un alto nivel de tolerancia? ¿Administro bien mi emocional en los casos de conflictos que me ponen a prueba? ¿Consigo transformar la emoción inicial en otra positiva, o por el contrario reprimo esa fuerza explosiva que luego me causará daño en mi salud y calidad de vida?

La pregunta que surge cuando hablamos de este tema es si debemos ser tolerantes ante todas las cosas. En lo personal considero que no, que la tolerancia es deseable dentro de ciertos límites. Y, además, se necesita tener claridad de conceptos para no confundir tolerancia con pasividad.

¿Qué sería entonces el concepto tolerancia? Siento que es sabiduría. Una sabiduría creciente que irá fortaleciéndose a medida que se refuercen las libertades individuales. Desearía que la tolerancia creciera alimentada por el amor humano, por el respeto mutuo, por el verdadero valor de la diversidad que enriquece a individuos y grupos.

En los ámbitos corporativos los grupos son variados, con diferencias en gustos y formas de pensar. Esta situación crece y crecerá, a velocidades exponenciales. Las libertades humanas se expresan en todas las áreas, generando fricciones que son buenas y, si son bien administradas, potenciarán cambios. Aquí es donde juega un papel muy significativo el rol de los líderes, para administrar con inteligencia y evitar que las controversias perjudiquen los vínculos y la consecuente productividad.

Hace poco me llegó la noticia de que la red social Facebook habilitó ⎼por ahora, solamente para EEUU⎼ más de cincuenta variedades de identificación sexual. Diferencias generacionales, como los llamados centennials, millennials y baby boomers, también ofrecen estilos y formas de análisis y pensamientos distintos.

El gran desafío para los líderes es trabajar sobre la flexibilidad que surge del autoconocimiento, para generar integración y aceptación, y en consecuencia enriquecer los equipos mediante el aporte de nuevas miradas y tendencias, de manera sincera.

En los cuadros de conducción ya es más importante ser expertos en adaptación, comunicación interpersonal y relaciones humanas, que en los saberes específicos. Rescato y dedico a todos los líderes una frase de Carl Jung: “Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”.

Hasta la próxima semana.