Foto por Calwaen Liew

Los biólogos actuales afirman que la teoría de la evolución de Darwin revela acertadamente el proceso por el cual los organismos que mejor se ajustan a su entorno, sobreviven y llegan a reproducirse. Los demás, los que no encajan tanto y no logran adaptarse, mueren lentamente.

La evolución es algo tan simple como eso. Para los estudiosos es, de hecho, tan comprobable como la fuerza de gravedad. Basta mirar, por ejemplo, el ombligo que compartimos con otros animales placentarios o la columna vertebral que nos agrupa con los demás vertebrados o el ADN que compartimos con cualquier otra vida en la Tierra.

Prosanta Chakrabarty, ictiólogo de la Louisiana State University, afirma que “estas características no son exclusivas de la especie humana, sino que nos han sido transmitidas por ancestros a todos los que compartimos esos rasgos, olvidando que estamos integrados y compartimos un proceso evolutivo desde hace millones de años. Sin embargo, se nos ha enseñado que la evolución se fue dando en una línea y que al final de ella estamos nosotros, como máximos y mejores exponentes del camino evolutivo. Esto no fue así, porque la vida no evoluciona en una línea. Los humanos, por ejemplo, somos peces que aprendimos a caminar y hablar.”

Ese equivocado concepto lineal de la evolución, que nos coloca como el producto más perfeccionado ubicado por derecho adquirido en el punto final y más elevado de esa línea, nos ha inducido a comportarnos considerando que tenemos derechos por sobre los de los demás seres vivos, sin tener en cuenta que compartimos ancestros y aspectos comunes.

Esta nueva interpretación que hoy la ciencia fundamenta nos ayudará para tratar como valiosos y próximos a los miembros de las demás especies con las que compartimos el planeta y también a los demás seres humanos, a pesar de las diferencias que puedan existir. Podremos relacionarnos mejor y saber que seguimos evolucionando juntos, en un proceso compartido que nunca acabará y que puede acelerarse, si nos ayudamos mutuamente.

Este cambio de paradigma permitirá que se abran más puertas, nuevas posibilidades. Y si estás en posiciones de orientar a otros, podrás ser un líder verdaderamente innovador.

Un abrazo a mis compañeros de evolución.

Hasta la próxima semana.