Foto por: Laurie Anne Robert

Es muy difícil hablar de libertad. Existen tantas interpretaciones de este concepto como integrantes de la especie humana. Sin embargo, a pesar de las diferencias, considero que podemos revisar nuestra situación actual.

Sentirse interiormente libre es vital. La falta de libertad nos marchita, nos produce una sensación comparable a no tener suficiente aire para respirar.

El peligro es cuando nos habituamos a una situación determinada y en consecuencia nos resulta difícil establecer el punto de partida para el análisis, dado que está relacionado con la vida que tenemos, con su libertad actual. Con lo que nos parece normal.

En este reconocimiento del momento presente, nos confunde la comparación con la situación anterior. Un análisis que es relativo y no siempre demasiado objetivo. El escritor DeRose nos dice: “la felicidad o infelicidad son efectos ilusorios de causas relativas a la condición anterior”. Por ejemplo, para cualquier persona que se encuentra encadenada y presa en un pozo oscuro y sombrío, poder estar unos minutos al sol significaría un estado de plenitud y una percepción de libertad muy valiosa, con relación a la condición en la que estaba minutos atrás…

Esto nos muestra que todo es relativo, y la toma de conciencia de nuestra situación es el punto de partida para modificar los aspectos que consideramos negativos y que no nos hacen felices.

Al finalizar esta lectura, sería bueno que reflexionaras para reconocer qué cosas afectan tu libertad. Y seguidamente, que confeccionaras una lista a fin de empezar a modificar esos aspectos que percibís como limitantes.

A partir de allí vendrá una etapa de trabajo constructivo y edificante. Me atrevería a decir que eso es vida plena, dado que limitación es no vida. No percibirlo nos conduce a un estado de confusión. Creemos estar libres y por lo tanto corremos el peligro de no hacer nada para modificar nuestra situación.

No es fácil, porque a la complejidad natural del mundo, el subconsciente agrega límites o paradigmas que constituyen verdaderas barreras que nos impiden encontrar soluciones o nos hacen creer que es imposible, al menos, intentarlo. Pero vale la pena. Surgirá una energía creciente y valiosa que compensará el esfuerzo.

El trabajo de autoconocimiento para “libertarse” implica una tarea y un objetivo, una poderosa razón para superar los condicionamientos y paradigmas que nos limitan en toda posibilidad de expansión y desarrollo personal.

Hasta la semana próxima.