Karl von Clausewitz  fue un militar e historiador prusiano que, en su tratado De la Guerra, en ocho volúmenes, realizó un análisis pormenorizado de tácticas y estrategias, con el agregado de una visión filosófica sobre las guerras modernas.

Su obra no solamente fue de notable influencia para sucesivas generaciones que pasaron por las academias militares, sino también en los ámbitos relacionados con el marketing y la gestión empresarial.

Al Ries y Jack Trout dedican su libro Marketing de Guerra al general prusiano y relacionan las acciones bélicas analizadas por aquel escritor con el feroz y competitivo mundo de los negocios.

Esta mirada tiene su origen en un cambio de paradigma empresarial: ya no se trata de enfocar los esfuerzos para satisfacer la demanda del consumidor, sino de poner el ojo en el competidor, dado que en todos los rubros existen diferentes empresas que producen productos similares que, con pequeñas diferencias, satisfacen de igual modo las necesidades del cliente. Este concepto ha transformado los negocios en una verdadera guerra de empresas lanzadas a la búsqueda de espacios de mercado y oportunidades cada vez menos frecuentes.

En tiempos de paz, analizamos la competencia empresarial como acciones similares a las realizadas en el plano bélico, por ello debemos considerar que los generales con más posibilidades de “sobrevivir” son aquellos que están mejor entrenados.

Y aquí está el punto que más me interesa. ¿Cómo son estos entrenamientos en la actualidad? Con frecuencia, en los ámbitos corporativos, los líderes y sus comandados son entrenados exclusivamente en sus funciones específicas, lo cual es un error.

El ejecutivo o líder es una persona que llevará a cabo una tarea específica. Las decisiones, la velocidad de adaptación, la energía para sobrellevar días extensos e intensos, cargados de estrés y jaqueo emocional, requieren un entrenamiento integral y constante. Así se podrá preservar a ese directivo por más tiempo y con buenos resultados, sin perder el gran capital que constituye su experiencia.

Generalmente se olvida que de factores tan obvios y simples como la alimentación, la buena respiración, la energía vital, la buena forma física, el ritmo de sueño, la concentración, la capacidad intuitiva, la administración de las emociones y del estrés, dependerán las certezas, la velocidad en la toma de decisiones, y los resultados.

Este tipo de entrenamiento preservará la calidad de vida de la persona, evitará conflictos y repercutirá positivamente en todos sus liderados y en la sinergia laboral. Algo tan simple como el malhumor del líder del grupo puede ser determinante en los resultados emergentes de un día oscuro.

De la misma forma que los comandos especiales reciben constante entrenamiento militar como forma de protegerlos, las empresas deben mantener programas de entrenamiento obligatorios y preventivos para los que soportan las altas presiones del mundo corporativo. De todos los sistemas que conozco, DeROSE Method es el que me parece más eficiente, al combinar técnicas y conceptos muy valiosos para lograr alta performance y calidad de vida con miras al Autoconocimiento.

De esta forma, con colaboradores bien entrenados se lograrán adaptaciones y cambios de frente rápidos y en bloque. Sabemos que la velocidad de reacción es fundamental en cualquier batalla y depende en gran medida del entrenamiento y la cohesión de los equipos.

Comencemos ahora: cada día de entrenamiento será una posibilidad más de alcanzar los objetivos. Como decía Napoleón, Puedo perder una batalla, pero nunca perderé un minuto.

Hasta la próxima semana.