Todo líder debe estar atento, poseer sensibilidad para percibir la atmósfera y los obstáculos que afectan al grupo y a sus integrantes. La atención va desarrollando una percepción más afinada, una especie de olfato que es de gran utilidad para prevenir y solucionar conflictos en estado embrionario.

La mayoría de las veces, detectar estas situaciones a tiempo en los individuos permite revertirlas, generando integración y potenciando el ánimo y la inspiración para producir buenos resultados. Para ello es muy importante que el líder ocupe parte de su tiempo en velar por el estado físico, mental y emocional de cada colaborador.

A pesar de los cambios producidos en las relaciones laborales y sociales, encontramos problemas inherentes al género humano que ya son mencionados en antiguas escrituras, hace aproximadamente 1500 años, como importantes obstáculos en la evolución de personas y actividades.

Entre otros, se mencionan expresamente la apatía y la negligencia, dos actitudes que pueden traer grandes dificultades y ser difíciles de corregir. La negligencia conduce al fracaso en cualquier proyecto; la apatía aleja al grupo de la energía y empeño que debe cultivar para alcanzar los resultados. Ambas características implican indiferencia, insensibilidad y falta de motivación. No percibir su presencia a tiempo es un factor seguro que atentará contra la sinergia grupal y los buenos logros. Son actitudes opuestas al perfeccionismo, a la paciencia, a la voluntad para seguir intentando hasta lograr lo que uno se ha propuesto.

Según mi experiencia, lo primero es acercarnos al colaborador que se encuentra “trabado” por estos paradigmas y ver de qué forma podemos fortalecer su autoestima y voluntad. Es fundamental traerlo hacia el grupo a fin de integrarlo nuevamente, antes de pensar en su sustitución.

Es muy útil usar técnicas, prácticas que fortalezcan a la persona, que la sitúen en un contexto de realidad concreta. Para ello podemos recurrir a técnicas corporales, respiratorias, de administración de las emociones y el estrés. Desarrollar más energía y fuerza nos dará muchas posibilidades de contrarrestar el efecto de esos obstáculos casi siempre motivados en desajustes emocionales.

La principal tarea de los líderes en la actualidad es estar atentos, tener “lectura de ambiente” para percibir desajustes y buscar sin demora las soluciones adecuadas.

Hasta la semana próxima.