Es habitual observar en los grupos, especialmente en los de trabajo, la generación de rumores o críticas con poco rigor de verdad. Noticias que son comunicadas o lanzadas al viento con demasiada ligereza o a veces con mala intención.
¿Cómo actuar frente al chismoso que nos trae con ansiedad la noticia? Podemos aprender de la anécdota que aparentemente le habría ocurrido al filósofo Sócrates y se conoce como la prueba de los tres filtros.
Un día, el sabio fue interpelado por un alumno que le dijo:
⎼¡Maestro! Le quiero contar algo que escuché sobre un amigo suyo…
⎼Un momento⎼ respondió Sócrates⎼, antes de que me lo cuentes, me gustaría preguntarte: ¿es verdad?
⎼Oh, bueno, lo acabo de escuchar y no sé si es verdad.
⎼Bien, también deseo saber: ¿es algo bueno lo que me vas a decir de mi amigo?
⎼Oh, no, Maestro, por el contrario, no es nada bueno.
⎼Y por último⎼ dijo Sócrates⎼, ¿lo que me vas a decir es algo útil?
⎼Oh, no. No es para nada útil.
⎼Entonces⎼ dijo Sócrates⎼, si no sabes si es verdad, no es bueno y no es útil, ¿para qué decírmelo?⎼ Y, dando la espalda a su alumno, continuó su camino.
Es necesario estar muy atentos, especialmente los que tienen la responsabilidad de coordinar o liderar grupos, para establecer de común acuerdo una cultura grupal anti-chismes, en virtud de que es una infección que causa daño en la construcción de un grupo solidario y fuerte.
Siempre es aconsejable hablar de males y no de malos; sin embargo, el impulso a veces inconsciente de degradar a otros o sentirse importante porque se sabe algo que el otro no conoce, induce a adoptar esta conducta perniciosa.
Lo mejor es acordar con los integrantes del grupo que se evite esa actitud, y colocar este acuerdo como un valor en el manifiesto que se elabore.
Esta decisión traerá nuevos compromisos que serán pilares fundamentales en las buenas relaciones humanas y en la construcción de una nueva consciencia.
Hasta la próxima semana…
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