
Comienza el nuevo año y siento el deseo de rendir un homenaje a nuestras queridas instructoras, a todas aquellas que son parte de nuestros días y de nuestra tarea. Es un deseo que nace desde esta Cultura matriarcal que revalorizamos y utilizamos cotidianamente, de manera práctica y normal.
Sin alardes, sin ostentarlo, sin proclamarlo. Con la serenidad de lo verdadero, sutil y sentido.
¿Y porque un reconocimiento especial a nuestras mujeres? Porque a través de este simple saludo deseo seguir avanzando en la modificación de los paradigmas pesados y oscuros que existen hasta hoy en la sociedad contemporánea.
Desde el Método que practicamos y enseñamos, utilizando los conceptos, los buenos modales, la ética, la sutileza, el cuidado… Desde el día a día, reivindicando los valores únicos y admirados de la mujer, como símbolo de la energía creadora, magnífica, hacedora, dinámica y en constante movimiento.
Pesa en nuestra sociedad la influencia de dos culturas muy influyentes, los mitos griegos y la bíblica, que nos presenta a la mujer como una especie de maldición. Desde la Pandora que al abrir el ánfora traerá muerte y enfermedad sobre los griegos hasta la Eva expulsada del paraíso, la mujer todavía convive con una pesada carga, que ya es necesario alivianar.
Fueron acusadas de fuente de pecado, de brujas, de malvadas e inferiores durante siglos. Durante la edad media fueron excluidas y colocadas en el rol de “esclavas del hombre”, situación que lentamente se ha ido modificando, principalmente por el esfuerzo de ellas para salir de esa situación, demostrando sus cualidades y capacidades.
Sin embargo, en otras antiguas culturas, la mahá shaktí, la fuerza creadora, la energía cinética, el principio femenino como tan bien lo cita John Woodroffe en su obra Shaktí y Shakta, hacen del hombre un admirador de ese poder, acompañándola en el ritmo y cadencia que ella impulsa para crear juntos…
Gracias amigas, hermanas, madres, hijas, shaktís, o simplemente mujeres. Que este nuevo año nos permita profundizar esta relación tan fecunda de energías, fuerzas y resultados.
En nuestra Cultura serán amorosamente cuidadas y reverenciadas.
Edgardo








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