Tal vez algún lector se pregunte por qué resolví hacer esto y cuál es el motivo para escribir especialmente los domingos, el día establecido para el descanso.
El principal motivo de este texto es compartir la respuesta a esa pregunta que me realizo repetidas veces, especialmente cuando sentado frente a la computadora no consigo que las musas inspiradoras lleguen en mi ayuda, y en su reemplazo aparecen los estresores.
La decisión de escribir cada domingo constituye un recurso muy útil para establecer rutinas, generar hábitos positivos que con el tiempo serán generadores de nuevas capacidades. Los hábitos se alimentan con una energía muy poderosa que es la voluntad, potenciada por el compromiso asumido con uno mismo y el fin determinado.
Otro de los motivos es trascender límites: al escribir comienzo a salir de las rutinas ordinarias de la vida cotidiana. Primero hay que redondear la idea, darle forma hasta que, logrado esto, al comenzar a hacer marcas en un papel o ahora en la pantalla de mi computadora, plenamente concentrado percibo que estoy entrando en un estado de integración, conmigo y con los demás.
Estoy compartiendo una idea, un pensamiento, una opinión con todos aquellos que se interesen en leerlo. A su vez, esta reflexión o pensamiento será un estímulo para generar nuevas asociaciones que serán compartidas con otros, y así de manera incalculable se generará una red creciente de pensamientos asociados.
No significa que mis escritos sean de gran importancia, pero son mis análisis o reflexiones, casi siempre empíricas. Puede ser que algunos lectores las compartan, otros piensen de otra forma, algunos las distruten y otros las critiquen, pero de una u otra manera nos permitirán enriquecernos por la simple tarea de pensar y sentir en consecuencia. Es abrir una puerta, es comunicarse, es enseñar algo y compartir mucho de lo que cada uno es.
Me gusta escribir, me causa placer porque constituye una agradable sensación de unión ilimitada. Y, como nos dice el escritor DeRose, la fuerza está en la Unión, en la desunión, la flaqueza.
Hasta la próxima semana.
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