Hay una frase atribuida a J. W. Goethe que me resulta sumamente inspiradora. El poeta, novelista y dramaturgo alemán que ejerció una fuerte influencia en el Romanticismo señalaba que “hay que aprender a hacer las cosas más pequeñas de la manera más grande”.
Esta frase nos indica varias cosas interesantes. En primer lugar, que no es tan relevante el nivel de la tarea, ya que todas las cosas que hacemos pueden ser muy importantes, y eso depende de nuestro grado de compromiso.
En muchos casos, las tareas de gran magnitud son la suma de cosas pequeñas, que no siempre son observadas y atendidas debidamente. De esa constelación de detalles dependerá en la mayoría de los casos la calidad de lo realizado.
También, hacer las pequeñas cosas con ganas y plena dedicación nos sirve como ejercicio para aprender y superarnos. Todo debe realizarse con entusiasmo, sin importar de qué se trate. Esta actitud genera una energía positiva que crece y nos empuja a seguir avanzando.
Considero que el trabajo ennoblece; no importa cuál sea la tarea, lo más importante es hacer las cosas por el valor que asignamos a lo que estamos construyendo, y no exclusivamente por el resultado económico. Esta actitud engrandece la tarea y a quien la realiza.
Además, lo que define el valor de lo que se hace, es uno mismo. En mi caso, la principal ocupación —entre muchas— es la de enseñar. Y esa importancia se la asigno porque es lo que me produce más placer y felicidad.
Disfruto principalmente al ver a los que están en el proceso de aprender, cuando aplican en su vida cotidiana lo nuevo, lo que ahora pasó a integrar su patrimonio de saberes. Eso da sentido a mis días y compensa todos los esfuerzos.
Por experiencia puedo afirmar que escoger un trabajo guiado únicamente por la ambición económica es un gran error, de hecho, es el camino hacia el fracaso personal. Pasamos a ser esclavos de aquello que tanto nos importa y, como consecuencia, se reduce la libertad y nos transformamos en pobres con dinero.
Al momento de buscar a qué dedicarnos, pensemos cuántas horas por día estaremos haciéndolo, con qué grupo de personas tendremos que convivir, sus valores éticos y profesionales. Y, principalmente, si la tarea nos permitirá crecer como seres humanos.
Siempre se puede. Nos enfrentaremos a dificultades diversas, pero si hay verdaderas ganas y empeño alcanzaremos nuestros objetivos, la autoestima se fortalecerá y vendrá una brisa de aire fresco a nuestra vida.
Empezá hoy mismo a construirlo.
Hasta la próxima.
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