Habitualmente encontramos esta palabra escrita de dos formas diferentes: conciencia y consciencia. Según el Diccionario panhispánico de dudas, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Santillana, 2005), conciencia significa ‘reconocimientos en ámbitos de ética y moral’: conciencia del bien y el mal.

Mientras que consciencia alude al ‘reconocimiento de la realidad, en un sentido metafísico más general’, ya no sólo relacionado con la ética y moral. Aunque las dos voces son válidas, el diccionario citado indica que conciencia, sin s, expresa ambos sentidos; por lo que es más recomendable emplear ésta en todos los casos.

Teniendo en cuenta esta recomendación avancemos para tratar de determinar qué es la conciencia. Algunos autores, entre los que cito a Annie Besant,  definen que conciencia y vida son idénticas, dos nombres distintos para una misma cosa, según se la mire interior o exteriormente. No habría vida sin conciencia y no habría conciencia sin vida.

Al decir que la vida es más o menos conciente no pensamos abstractamente en la vida, sino en algo “viviente” y con la capacidad de ser, más o menos, conocedor de lo que le rodea.

Es muy habitual que en el deseo de entender lo que se denomina conciencia caigamos en lo complejo, en lo abstracto e incluso en lo místico, lo cual termina siendo una paradoja, dado que lo grandioso es tornar simple lo complejo y no lo contrario.

Mi interés es simplificar y proporcionar elementos para comprender el fenómeno desde una perspectiva real y concreta. Por lo tanto tomaré el término conciencia simplemente como mayor conocimiento de algo. Sartre afirmaba  que la conciencia es todo el conocimiento, no sólo un acto.

En el pensamiento occidental, se concibe el conocimiento como una relación entre sujeto y objeto más un tercer elemento que es la imagen, o un concepto, en caso de algo muy abstracto. Sin embargo, en textos antiguos que reflejan la interpretación imperante en la India Antigua, se establece que al haber una ampliación de la conciencia existe un real conocimiento, trascendiendo la relación sujeto y objeto y alcanzando al proceso de identidad completa entre conocedor y objeto conocido. El observador deja de simplemente ver y pasa a ser aquello que observa, conociendo su verdadera naturaleza o identidad.

La forma de obtener esa capacidad es por medio del aquietamiento de la mente, la concentración y la meditación.

Recomiendo el libro del Profesor DeRose Mindfulness y meditación https://ebooks.derosemethod.com/library/publication/mindfulness-meditacao

Recuerde que en un mundo plagado de incertidumbre quien tenga certezas, tendrá poder.

Hasta la próxima.